El pasado Domingo asistimos a la exposición que organizaba la diseñadora Leyre Valiente, en el espacio Amen concept store de Madrid.
Allí nos rodeó una atmósfera muy alienígena al haber por todos lados obras de arte y diseños de Leyre que parecían totalmente salidos de otro planeta, dando así honor al nombre de la exposición: Martians go home.
Un estilo muy Pop art se reflejaba en las obras de los artistas colaboradores, y a más de uno se le notaba que le iban los comics y sin duda cualquier tipo de alíen, aunque cuanto más monstruoso, mejor.
Una de las ilustraciones destacadas fue la que sirvió para la portada de los carteles del evento creada por Luis Bustos en la que se veían a unos marcianos propios de la película Mars attack en tonos grises y un texto en verde poco amistoso para los posibles marcianos.
Las muñecas de resina que había por la sala también merecía la pena verlas, la que más nos gustó fue la de Twigling y Krowbar probablemente por la cantidad de ojos que tenía por todo el cuerpo y ese toque siniestro tan sutil.
Nos llamó la atención las ilustraciones estampadas que había en dos platos colgados en la pared de Abe the Ape caracterizadas por dos señoras muy elegantes rodeadas por platillos volantes, una de ellas con rasgos claramente propios de la familia Adams.
Estuvimos hablando con uno de los ilustradores, Ras de Rashid, quien nos contó que sus extraterrestres eran benévolos ya que son de los que vienen a la tierra para enamorar a la gente y luego se marchan, lo cual nada más decirlo, pensamos que probablemente serían los más malvados de toda la sala.
Los diseños de Leyre Valiente estaban llenos de color con dibujos pintados a tela y estampados creados por ordenador. Como siempre, todo muy original, con una línea muy característica que describe las colecciones de la diseñadora, esta vez, prendas listas para vestir: ya está a la venta toda la colección de otoño/invierno tanto en su tienda física como online. Tras los maniquíes expuestos con parte de la nueva colección de Leyre Valiente (y sus antifaces con ojos que enamorarían a cualquier extraterrestre) el mapa con los avistamientos de las “modelos aliens” captó nuestra atención.
Durante la tarde se podían comprar las obras de los artistas, de hecho, el primer afortunado en vender su obra fue Qrious Items, quien, con su escultura de técnica mixta “No me toque las lindes, bicho” enamoró a todos los asistentes, pero sólo el más espabilado se pudo llevar a su casa al “gracioso” marcianito que roba frutas de la bolsa del Pryca.
La ropa que habitualmente hay en el espacio también se podía comprar… hubo gente que se gastó seguramente más de la cuenta porque la ropa era demasiado molona, o bien, incitados por el Vino de la marca Sire, no la conocíamos pero no estaba mal y una voz, digamos anónima, nos gritó: “¡Etiquetad el vino!”, nos hemos visto casi obligados a hacerlo, por si nos abduce un alien si no lo nombramos.
Definitivamente lo pasamos bien aunque para ser sinceros el calor era insoportable: o salías fuera un rato o te derretías, lo cual no habría desentonado con el ambiente extraterrestre.
