El día que llegó a mis manos Zoo para dos (Sony Music, 2017), el nuevo trabajo de Villanueva, era uno de esos agotadores que te invitan a dormir nada más llegar de trabajar, pero la ilusión de desempaquetar un disco y darle al play siempre es mejor plan. Así que, con auriculares en los oídos, me dispuse a la degustación.
Nada más sonar el primer sintetizador y el primer bombo, mi alma se llenó de movimiento. Su primera frase “esto aún puede ir a mejor”, llenaron mi corazón de esperanza y movimiento. Una forma perfecta de abrir un álbum, con “El día del Equilibrista”, que nos invita a bailar y disfrutar del diálogo entre sintetizadores y guitarras.
Ya seducidos, llegamos a “Un picnic en suelo mojado”, con un sonido alegre que sigue con su mensaje motivador. Un estribillo dulce con juego de voces en falsete, como referencia a odas juveniles, completado con unas estrofas sobrias y elegantes.
Llegamos así a la tercera canción, “Ella”, el single del disco, de la que destacamos la energía que desprende, con juegos instrumentales que van desde sintetizadores ambientales a guitarras con dejes sucios, que nos dan paso a Soy de las Buenas, una canción rítmicamente fuera de lo común en el indie. Una canción en 10/8 que gracias al bajo y las percusiones, nos ayudan a entrar dentro de esa inestabilidad rítmica, llena de efectismos sonoros y sin estribillo cantado.
A continuación, “Invisibles”, una pista que nos lleva al pop clásico, con un estribillo danzarín que logra un buen resultado a través de una producción sencilla pero perfecta. El tema central del disco que da paso a “Camaleón”, que nos saca fuera del estilo que nos definía. ¿Quizás con esta bossanova, nos deja clara su versatilidad musical?
“El día que no estabas”, nos lleva de nuevo al camino del indie, aunque quizás este esté más en relación con su primer disco. Como artista siempre es inevitable y gratificante evolucionar, pero dar un paso atrás es de lo más importante. A pesar de esto, el puente de la canción nos lleva al actual Villanueva, a ese indomable experimentador de nuevos sonidos que nos lleva a “El jardín de las delicias”. Otra canción evolucionada en cuanto al sonido de su primer disco, a camino entre Viajes de Ida (Esmerarte, 2014) y Zoo para Dos (Sony Music, 2017).
Como penúltimo tema, es el turno de “¿Quién podrá apagarlo?”, con una rítmica lenta y juegos en timbales base muy marcados como llamada de atención sobre el fin del disco, y un plano armónico austero y pequeños juegos melódicos, que nos llevan al último track, “Hoy es la última”. La canción final, el broche de oro de un disco con mucha marca personal. Así, y anunciado por su estribillo, sabemos que se acaba. Una canción de despedida a la altura, un gesto de afecto, un hasta pronto.
Zoo para Dos, es un disco repleto de sorpresas, una demostración de madurez musical, y una declaración de intenciones de lo que nos va a ofrecer. Villanueva, es sin duda uno de esos artistas con inquietudes, dispuesto a evolucionar y a no quedarse estancado o repetir su última fórmula discográfica.
Para ello, ha sabido rodearse de un buen equipo musical, como el productor Angel Luján, o los músicos Ramiro Nieto, Iago Reigosa, Martiño Toro o Martí Perarnau, para encerrarse en un templo de creación como son los Estudios Reno de Madrid.
Mi más enhorabuena a Villanueva. Y vosotros, ¡no dejéis de escucharlo!