María Ke Fisherman nos lleva de rave a la quinta torre de Madrid.
Suena el hardtek y el noise, no puedes parar de sentir el ritmo de la música que hace latir a tu corazón como a ritmo de bifásico. Abres los ojos y hay polvo, andamios, cemento, terreno a medio allanar. Estás en una rave y sientes el impulso de bailar y dejarte llevar… Pero de pronto llega la realidad y estás en las gradas viendo el desfile de la nueva colección de Maria Ke Fisherman.
Los autodenominados “Psicólogos del Underground”, María Lemus y Victor Alonso, que llevan haciéndonos vivir una constante reminiscencia y visión hacia el futuro con sus colecciones y desfiles de la MBFWM, nos trasladaron a un terreno puro y a medio camino de ser construido pero con planes de ser algo enorme y futurístico. Un enclave que ellos consideran faraónico: Caleido.
Un lugar que promete ser un quinto símbolo de Madrid y que le dio a estos consagrados diseñadores el empujón para presentar una colección que a punto estuvo de no verse hasta septiembre.
Una pasarela construida entre camiones, con trabajadores llevando cascos amarillos de obra. Seguridad, intriga, expectación e impresión de los asistentes entre los que no faltaron los celebrities como Macarena Gómez, C. Tangana o Brays Efe.
Cuando empezó a sonar el sinte, empezaron a desfilar las modelos.
Combinando el punto artesanal tejido por monjas andaluzas, con las telas futuristas con transiciones de color, telas de sacos, naturales y poco tecnológicas comparadas con las que nos tienen acostumbrados, pero con asimetrías y volúmenes. Aperturas en zonas inusuales y colores flúor no faltaron en esta ropa indiscutiblemente urbana. El estampado tie-dye tan retro, e incluso algún esbozo holográfico también hicieron acto de presencia. Aunque la paleta de colores fuese sencilla, ganaba muchísimo con las formas sobredimensionadas, las superposiciones y las transiciones cromáticas.
Con las botas de astronauta de plataformas de dimensiones astronómicas se completaban estos looks que nos transportaban al Woodstock personal de Maria Ke Fisherman, a uno en el futuro, en nuestra época actual que sería en medio de un sitio a medio construir, tosco y con proyección hacia el futuro, igual que su colección.