Un Spray de Montana, un autobús y una nota que dice que somos de los 100 elegidos para vivir esta aventura. Sin ninguna información más y sin mirar atrás, nos dirigimos a #Burnunexpected, un evento creado por la famosa bebida energética Burn Energy y PAT comunicaciones, donde el misterio, la música y el arte urbano estaban asegurados.
45 largos minutos después de subir al autobús, llegamos a lo que parecían unas ruinas. Iluminados por un camino de fuego (no podía ser de otra manera) nos dirigimos al epicentro de la fiesta. Un lugar que bien podía haber sido en su día una capilla. Ahora allí sólo había culto por la música, el arte urbano, y una tensión irremediable por si la fiesta se nos iba de manos y terminaramos tirando la estructura abajo: #Burnunexpected acababa de empezar y nosotros ya estábamos alucinados.
El lugar estaba tan apartado de toda comunicación, que nos sentimos como en una Rave muy al estilo Mad Max, de la que sabíamos que no nos iban a echar. Los más fiesteros nos sentimos como en casa.
Música a cargo de los ganadores de Burn Academy de los últimos años y una actuación central de Paco Osuna, la sorpresa de nuestra mágica noche. Aunque no pareció sorprender a tanta gente. Sospechamos que los más puretas lo disfrutaron interiormente y se cohibieron a la hora de aplaudir, dada la cantidad de público que parecía que no sabía a quién tenían delante pinchando. Vimos, por lo general, un público tímido y con más intenciones de posturear. Por nuestra parte, disfrutamos como enanos bailando en primera fila, sobre todo el cierre a cargo del turco Furkan Kurt, ganador de Burn Academy 2017.
Pero Burn no se quedaba aquí. Toda la capilla estaba pintada y nos ofrecía continuar la obra de arte por una de sus paredes mientras probábamos diferentes formas de mezclar el Burn. #Burnunexpected además nos mostró la gama de sabores de Burn, con toques dulces o cítricos como el Kiwi en algún exótico Cóctel.
Claro está que, para nosotros este muro no fue suficiente y debemos reconocer que pasamos gran parte del evento en las ruinas de alrededor graffiteando cualquier pared. Hemos dejado nuestra marca Shit Magazine en algún recóndito lugar de Madrid y la energía de Burn aún nos dura. Un evento que disfrutamos los amantes de la electrónica, sin duda. Y nos quitó esa espinita que teníamos clavada por no haber podido pintar como un auténtico graffitero alguna vez.
Una propuesta muy jugosa por parte de Burn, que nos ha demostrado que sólo necesitamos un poco de fuego para inspirarnos y recargar nuestra energía.
Texto: Patricia Blas
Fotografías: Álvaro Pérez