Sí, soy una más hablando del monotema del momento: la serie “por trece razones”.

Sé que llego tarde, que está a punto de salir incluso la segunda temporada, pero quería asegurarme de que este post no fuese un absoluto Spoiler para los pocos que queden sin verla.

He venido a convencer a esos pocos que aún se resisten, a que la vean. He venido a hacer pensar a todos aquellos que odiáis la serie de algún modo. Y sobre todo, he venido a compartir el dolor de aquellos que sí han entendido su trasfondo.

No voy a deciros que es la mejor serie que he visto jamás, porque mentiría. Es lenta, sobre todo al principio. Demasiados flashbacks para mi gusto. Se hace pesada, muy pesada, gracias a cierto personaje que llena de misticismo absurdo la trama (llamémosle Tony). Una trama donde la protagonista, Hannah, me cayó mal desde el primer segundo que salió en pantalla. Aunque bueno, para gustos los colores, no hemos venido a juzgar si Hannah podría ser o no mi amiga en la vida real…

Mi recomendación es que no intentéis valorar cada capítulo por separado, dejaros llevar por la historia, hasta llegar al final, y solo entonces, podréis valorar en su conjunto, qué os ha querido contar. Tampoco os fijéis en temas de composición, color, fotografía, no, por ahí tampoco os va a seducir.

No es una gran serie, pero es una serie necesaria. Y os diré, en mi humilde opinión, por qué.hannah13reasons-810x400

1. Hannah no es la única que sufre bulling.

Ni mucho menos. Cada uno de los personajes de la serie sufre un tipo de bulling distinto al que sufre ella. La diferencia entre Hannah y los demás es la sensibilidad.
Todo el mundo vive el dolor de manera distinta y esto es una realidad que la serie nos quiere hacer ver. Mientras unos son fuertes y luchan contra el acoso o intentan pasar, Hannah no puede más ya que le pilla en un momento débil de su vida.

 

2. El bulling no está sólo en las clases.

Y sigo poniéndo ejemplos de por qué Hannah no es la única que sufre en la serie. Veamos el caso de Justin. Si, en el instituto es el más malo y el más machito… ¿No será por el panorama que tiene que aguantar en su casa día tras día?

A veces nos ofuscamos pensando que si alguien nos insulta es porque nosotros tenemos la culpa, que todo ese odio es única y exclusivamente para nosotros, y no. Realmente hay gente que tiene una vida dura y se desahoga como puede, expulsando su odio en general, y nosotros podemos tomárnoslo como algo personal. En realidad esa rebeldía solo es una llamada de atención de que algo va mal.
Es cierto que la mayoría de gente ve apoyo en su familia y amigos, pero hay muchas personas las cuales son su propia familia quienes les maltratan de alguna manera.

 

3. La serie sí es realista.

He oído como muchos la juzgan de exagerada. Adiós.
Es verdad que hay escenas que yo no creía en un principio que demostrasen bien una realidad. Y así pasé media serie. Hasta que me topé con frases, pensamientos de Hannah y un par de situaciones en las que me sentí tan identificada, que parecía que alguien había leído mi diario adolescente y había plasmado ahí mi vida. En ese momento comprendí por qué hay gente que ve la serie exagerada. Básicamente esa gente no ha sufrido bulling, o por lo menos, no el mismo que la protagonista. Creo que este punto es importante, de verdad, la serie NO EXAGERA NADA. Practicad la empatía, por favor.

 

4. Escenas explícitas.

Están ahí para incomodarnos, lo dice una de las creadoras de la serie en el “behind the scenes”. En ese documental te explican, tanto los directores, actores como psicólogos el porqué de estas escenas tan incómodas. La única razón es que quieren mostrar la cruda realidad, tal cual es, sin filtros y sin sangre de purpurina. Que veas que ese tipo de muerte es súper desagradable, que lo sientas, que llores, que te pares a pensar cómo alguien puede llegar a hacerse tanto daño a sí mismo y aun así le parece menos doloroso que lo que ha vivido hasta su decisión final.

 

5. Psicólogos explican las reacciones de algunas situaciones.

Recomiendo encarecidamente ver después el “behind the scenes”. Ahí pude saber por qué en ciertas situaciones de la serie la protagonista se queda callada y quieta, cuando tú estás segurísimo de que, en una situación similar, te defenderías con cualquier cosa y saldrías corriendo. Te comentan que es fácil hablar de un supuesto, pero cuando te ves en una situación tan dura, tu cerebro puede quedarse en shok y hacer que te cueste reaccionar a tiempo. Con la consecuencia de un sentimiento de culpabilidad por no haber hecho nada al respecto.

 

6. No todo es blanco o negro.

También hay gente que me ha dicho que todos los personajes parecen idiotas. Es verdad que al principio de la serie es complicado que te caiga bien alguien, pero a medida que avanzan los capítulos, empiezas a ver cómo piensan realmente, y cómo cambian y evolucionan a raíz de lo sucedido con Hannah, tanto para bien, como para mal. Es la vida real señores, a veces te cae alguien mal al principio y luego descubres que es una persona más cuerda que tú mismo.

 

7. Padres: tomad nota.

Creo que también es una serie para que los padres vean, con detenimiento, y se planteen si sus hijos están bien o no. Muchos adolescentes que sufren bulling no lo expresan con palabras por vergüenza, pero si con otros gestos, por ejemplo, el silencio.

 

8. La necesidad de psicólogos especializados en las aulas.

Los que hayáis visto hasta el final, entenderéis esto bien. A los demás, no quiero hacerlos más spoiler.
Pero hablando desde mi opinión, ¿no es hora ya de que la figura del psicólogo en un centro de estudios sea más importante? Creo que es un oficio súper infravalorado, por lo menos en este país, y creo que es tan necesario ir al psicólogo como ir al dentista o el oculista de vez en cuando para comprobar que todo va bien. En la adolescencia, no veo al psicólogo recomendable, sino necesario.

 

9. Es un desahogo para los que se sienten identificados.

Creo, que los que ya somos mayores y hemos superado esa etapa nefasta de nuestra vida, podemos sentir un extraño desahogo al ver la serie, pensando “fíjate, he pasado por eso y estoy aquí”. Quizá ver la serie actúa de alguna manera como la música: muchas veces, cuando estamos tristes, escuchamos música hasta que se nos pasa.
Por otro lado, da ánimos a aquellos que sufren ahora bulling, a luchar contra él y pedir ayuda, porque también les hace ver, de alguna manera, que no están solos.

 

10. Anima a empezar a expresarse.

Y es que Hannah, aunque no tomó la mejor decisión, la meditó bastante y explicó el por qué. ¿Y si hubiera hablado antes con toda esa gente y hubiera expresado sus sentimientos? Yo creo que el final hubiera sido distinto.
La serie nos anima a empezar a expresar lo que sentimos. No todo el mundo lo va a escuchar, pero los que lo hagan, van a apoyarnos siempre. La serie nos enseña que, si permaneces callado, nadie va a saber que estás mal, pero si cuentas lo que te pasa de manera clara, podrás encontrar ayuda.

 

11. Es un respiro para los que han superado el bulling de manera positiva.

Un respiro, profundo, fuerte, enérgico, nostálgico y liberador.
Para los que hayan estado a punto de acabar de la manera más cruel, pero consiguieron sacar fuerzas de donde no había y hoy día están leyendo esto: enhorabuena, sois súper valientes y súper fuertes. Por lo menos esa sensación positiva se me quedó a mí al terminar de ver la serie.

 

12. “¿Y si soy yo el que está haciendo bulling?”

Una de las frases más famosas de la serie, recitada entre lágrimas por el personaje menos esperado.
Quizá también ha llegado el momento de ponernos serios y pensar si estamos haciendo daño conscientemente a alguien. Sean burlas inocentes, o peleas constantes, deberíamos pararnos y pensar que, como hemos visto en el primer punto, no todos vivimos el dolor de la misma manera. Lo que para nosotros puede ser una simple broma, a otros puede hundirles la autoestima.

 

13. Crea un debate.

De lo que estoy más segura es que esta serie no ha dejado a nadie al margen. Ha sido un debate continuo desde que oímos su título.
De alguna manera, el estar hablando de un tema que hasta hace poco era tabú, ha hecho a muchísima gente reaccionar. Unos a recapacitar sobre hacer bulling, otros pedir ayuda, los de más allá hablar del tema para desahogarse… Sin duda es una serie que no nos deja buen sabor de boca, pero nos hace pensar en las consecuencias, tanto del que acosa, como del acosado y su familia. Y eso siempre nos va a hacer pensarnos las cosas dos veces antes de actuar a partir de ahora. ¡Espero!

 


Texto: Patricia Blas

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