El pasado año, tuve la oportunidad de compartir escenario con un par de grupos desconocidos para mí, en un pequeño festival en Madrid, en el que descubriría a dos grupazos que hasta el día de hoy sigo atento a sus movimientos musicales.
Uno de ellos era Yogures de Coco, que ya por aquel entonces con su Ep “Azul” y su directo ya decían mucho de su futuro.
Pues bien, hoy me siento a degustar su nuevo trabajo, esta vez su primer largo “Puertofé”, con emoción y ganas de sentir eso que hace que te vibre todo el cuerpo con cada célula melódica que nos regala este cuarteto Madrileño que con este disco y siete años de vida, alcanzan su madurez musical.
Con “La Función” se abre el disco, con un toque acústico ligado al pop ligero que nos acompañará a lo largo del trabajo discográfico. Con una temática triste, sacan el jugo imprescindible en sus juegos de guitarras estróficas y unos grooves que potencian un estribillo para que podamos sacar los primeros pasos de baile, para continuar con “Ellos”, un tema que aunque es de protesta social genera una energía positiva recordándonos a algunos hits de Izal.
Llega el momento de “La Guerra”, en la que dialogan con una trompeta y un ritmo con mucha fuerza que nos da un mensaje motivador, como dicen, que hayamos perdido antes de empezar no significa que no vayamos a luchar. Y con esta lucha, bajamos la intensidad para “Bajar la Fiebre”, una canción melancólica con un estribillo con una fuerza que nos hará levantar la cabeza y respirar profundamente, hasta la coda final con unas rítmicas marcadas que consiguen levantar esa melancolía.
Es el turno de “En el espejo”, que mantiene el latido anterior, y rompe con la instrumentación tan característica que llevamos escuchado, llenando los espacios con sonidos más oscuros, para ir a “Lascar” que mantiene esa oscuridad a la que le suman la aguja del vinilo, pausada y melódica, en la que retoman la trompeta en la parte final. Y volvemos al sonido propio con “Somos”, retomando el toque folk, y un especial cuidado en los juegos de voces que nos llevarán a “Almas Perdidas” en el que hacen referencia a Latinoamérica, no solo en la letra, sino en la música.
Con “El Himno del Amanecer” llega la carga positiva y el broche final del folk, para llegar a “Uno=mil” y “Le Loop”, las canciones que cierran el disco con un sonido oscuro, queriéndose abrir al toque discotequero, en las que nos quieren transmitir un mensaje de esperanza.
En definitiva, estamos ante un disco con una clara influencias Folk, lleno de alegría, mensajes positivos y crítica social, con melodías cuidadas al máximo, y unos juegos de voces mimados al mínimo detalle, bajo la batuta del productor Raúl de Lara (Varry Brava, Izal, Second o Full), conjuntados con el trabajo del diseño artístico de Laura R. Molnar.
Puertofé no es un disco de discoteca, es un trabajo para disfrutarlo, para sentirlo y degustarlo como los buenos vinos.