El pasado 12 de Noviembre, era una fecha clave para el panorama musical Vigués, y es que por fin, después de mucho tiempo, Presumido presentaba su nuevo proyecto en casa, o así es como se refieren ellos a La Fábrica de Chocolate Club.
Pasadas las 11 de la noche, y con una sala llena y expectante, hacía su aparición sobre una escena en penumbra Tarci Ávila, quien saco los primeros sonidos, en forma de nana, de un sintetizador, acompañándose de su voz. Al poco tiempo, Nacho Dafonte subía al escenario con un controlador midi con el que modulaba unos sonidos espaciales, para proseguir con otro controlador y finalmente una batería.
Así, hicieron su primera presentación, sin más luces que las que salían de una pantalla en la que se proyectaron imágenes durante todo el concierto, para acompañar el espectáculo que acababa de empezar. Poco a poco las canciones se fueron sucediendo, acompañados de una iluminación programada por ellos mismos, que acentuaba más el carácter de ellas, rompiendo con cierta regularidad esa penumbra en la que se encontraban. Una estética muy bien cuidada que hacen de Presumido un espectáculo no solo sonoro, sino también visual.
Entre su repertorio, sonaron sus ya conocidos “ahógate”, “vendetta”, o “necro tú y yo”, y fueron presentando el resto del repertorio, con tintes oscuros navegando a lo largo del sinth pop, que estarán presentes en su primer LP que publicarán a principios de 2017.
Entre sus manos, nos encontramos con sintetizadores, controladores midis, y lo que más llamaba la atención; una batería acústica modificada artesanalmente para sacar sonidos electrónicos. Una verdadera obra artesanal, que marca un trayecto definido bajo el DIY.
El público, aunque un poco tímido al principio, fue cogiendo confianza hasta bailar y corear algún estribillo que otro, haciéndose partícipes del evento, y consiguiendo una atmósfera de paz en la sala.
Es maravilloso descubrir que hay bandas emergentes trabajando a niveles tan altos y con muy pocos recursos. Eso sí, con un espectáculo cuidado al milímetro y con grandes dosis de creatividad, que lograron la ovación del público.