Acaba de pasar la semana más importante para muchos diseñadores, estudiantes, fotógrafos y admiradores de este tipo de “arte” en general: Mercedes Benz Fashion Week Madrid reunió a miles de personas durante su 65 aniversario en Ifema los días 17, 18, 19, 20 y 21 de febrero. Días en los que los diseñadores más punteros, junto a los emergentes, mostraban sus propuestas para el próximo otoño/invierno sobre la pasarela.
En este artículo hablaremos sobre los primeros días de la semana de la moda, dejando para más adelante y en una entrada especial, todo lo que vimos el 21 de febrero: Samsung EGO.
También haremos próximamente un especial Backstage, contándoos todo lo que en otros sitios se deja tras el telón. Además, estuvimos buscando los looks más Shit durante la semana, los cuales os mostraremos en unos días. ¡Atentos!
En esta edición con tantísimas propuestas interesantes, sólo podíamos salir con buen sabor de boca, pero también con un resumen en una frase que marca la diferencia: las diseñadoras femeninas se han hecho con la pasarela.
Y es que, ya el primer día nos dejaron con la boca abierta dos de nuestras diseñadoras favoritas: Maya Hansen y María Escoté. Esperábamos con ansias sus desfiles, pero no sabíamos de qué manera nos sorprenderían esta vez.
El blanco, negro y dorado fueron los colores protagonistas de la colección de Maya Hansen, creando un estilo más discreto del que nos tiene acostumbrados, pero con un resultado impecable y una línea visual muy marcada que nos recuerda a arquitecturas modernas. Simetría y líneas rectas se ajustan a la curva de la mujer y los tejidos de lycra y trasparencias combinan con estructuras de impresión 3D que le dan un toque futurista e innovador.
María Escoté abrió el desfile con uno de los temas más conocidos de Kate Ryan, “Désenchantée”, algo que ya nos emocionó. Fue ya el primer look el que se llevó los aplausos de los asistentes: un traje completo, con terciopelos de diferentes colores, que, en los siguientes looks, jugaba con el contraste de diferentes texturas y formas en blanco y negro. Y es que podría haber sido una locura: satenes, lanas, punto… pero sólo María sabe cómo combinar tejidos, colores y estampados diferentes con un final estético y alegre. Se presentó una María Escoté más madura, más formal que en sus anteriores colecciones, sorprendiendo (para bien) a los que la aman y sobre todo a los que la odian.
En el turno de Angel Schlesser, el raso satinado hacía contrastes con algunas prendas en lana. Los tejidos brillantes y los toques de bronces estilizaban el perfil de una mujer muy femenina.
Ana Locking es la portada de nuestro artículo, y no es para menos. Es la primera vez en la historia que se nos saltan las lágrimas viendo las prendas, la puesta en escena, los modelos y la música (Shazameamos: “Quoth” de Polygon Window). Un discurso de Martin Luther King abrió el desfile a ritmo de EBM. Una escultura de un puño dorado lo presidía. Más de un fotógrafo hizo la gracia de que eso parecía el programa “la voz” (entre risas, no les juzgamos, de hecho, nos reímos con ellos). Pero no, sin duda, todo representaba a la perfección lo que la diseñadora quería mostrar: “The dreamer” nos dio la lección de que hay que ser valientes y seguir nuestros sueños. Así, empezaron a salir lo que parecían militares muy elegantes con prendas modernas que más de uno estaba deseando comprarse. Una línea elegante pero muy cañera, con gabardinas y pequeños volantes a lo largo de las prendas donde los rojos, los negros y los estampados de leopardo reinaban. Aunque… el vestido negro nos dejó mudas.
También somos amantes de los detalles: boinas, gafas de sol y guantes que nos servirían para amedrentar a nuestros enemigos… y los labios negros. ¡Todo listo para luchar por nuestros sueños! Con una línea más comercial cerraba su desfile: camisetas, bodys y bolsas con mensaje, que estamos seguras de va a vender como churros.
Hannibal Laguna nos deslumbró con su propuesta (y nunca mejor dicho, ya que todos los que estuvimos allí fuimos testigos de ese foco a contraluz que nos dejó viendo un punto blanco durante un rato después). Iluminación aparte, el diseñador nos mostró vestidos muy elegantes, estampados de flores, tejidos vaporosos y apliques brillantes. Aunque no va mucho con nuestro estilo, destacamos su colección donde el diseño dio protagonismo a la espalda y quiso dejarnos con un invierno lleno de tonos pastel.
Teresa Helbig, mostraba visuales de lámparas, una calavera de búfalo, entre otros elementos, que nos encantaron, pero hemos de decir que nos dejaron las expectativas altas y esperábamos otro tipo de ropa tras ver esos vídeos. Las prendas de tartán y los vestidos de encajes blanco crudo con lazos de terciopelo nos gustaron mucho.
Francis Montesinos abrió un debate contradictorio. Un desfile que se hizo largo, muy largo, abarrotado de looks inspirados en la historia de Adán y Eva, eso sí, a su manera. Y es que ya oímos algún comentario de fotógrafos que han visto a este diseñador en ediciones anteriores: “nosotros le llamamos cariñosamente Francis Cansino”. Un desfile que abría con el semidesnudo de dos modelos, que dieron una alegría general al público, a nosotros sobre todo por Krys Pasiecznik, tatuado de pies a cabeza, que nos hizo ver que por fin se asienta un canon alternativo en la pasarela de alta costura.
Gaiteros, bailes fusión y unas sonrientes modelos nos encantaron. Una música al más estilo fantasioso y coronas de flores que nos hicieron pensar que estábamos ante ninfas. Un decorado magnífico y un emotivo homenaje final a Bimba Bosé. Algo que empezaba alegre, colorido, llamando a la naturaleza, se convirtió enseguida en siniestro para nosotros, dejándonos un sabor agridulce. Y es que lo que comenzó con tejidos cómodos, estampados de flores y elegantes terciopelos en la línea más enfocada a fiesta, acabó siendo una mezcla innecesaria con extravagantes pieles que no logramos entender. En una era donde cada vez se lucha más por frenar el “uso excesivo” de los animales, donde han nacido muchas alternativas a la piel y nuevas técnicas de diseño, no entendemos cómo, un diseñador puede hacer gran parte de su colección dándole máxima importancia a “pasear tu trofeo animal”.
El desfile de Marcos Luengo fue muy elegante y con prendas muy ponibles en el día a día. Aunque se alejara de nuestro estilo, hay que reconocer que su propuesta tan colorida impacta a cualquiera, nos encantó el amarillo de algunos de sus looks, el color que más nos representa. Pudimos conocerle en el backstage y nos dio grandes consejos, entre ellos, que si trabajas duro consigues lo que te propones si tienes los objetivos claros, que hay veces que no encuentras tu sitio pero porque tal vez estas yendo en la dirección equivocada ( nos contó que él estudio psicología y que al final decidió que lo suyo era la moda), sin duda nos motivó bastante y esperemos que él siga sacando muchas colecciones adelante.
Maria Ke Fisherman, segunda llorera de la temporada. Nos hizo volver a escuchar canciones que teníamos en nuestro primer mp3, pero no cualquier estilo musical, sino ese famoso “bakalao” de los 90 que hizo que los fans de la época dorada de la electrónica, soltáramos alguna lagrimita de emoción. Suponemos que esos detalles dorados en los labios intentaron reflejar esa “época dorada” y las polémicas calvas postizas que colocó a las modelos, nos transportaron a la estética de los auténticos gabbers. Muy conseguido. Sobre una pasarela vestida de plateado y un atrezzo de motos cubiertas, caminaban los estilos más cañeros, inspirados en los 90. Abrigos de plumas, pantalones de chándal que se abren por el lateral y algún que otro conjunto más insinuador, con toques en azul metálico. Todo ello acompañado por la colaboración de Bridgestone, que se veía claramente en la estética de los bolsos en forma de rueda que planteó.
El calzado de New Rock con pinchos nos alucinó también. El detalle de las gorras con impresión de nombres, como si de un grupo de amigas “bakalas” se tratase. Un desfile de 10 que cerró con el famoso Fly on the wings of love de Chasis, canción que por mucho que se disimule, todos hemos bailado.
Custo Barcelona llenó la pasarela de tejidos brillantes, lentejuelas, luréx, combinaciones imposibles de estampados y todo ello, hecho para brillar vayas a donde vayas. Quizá nos decepcionó un poco porque nos esperábamos más espectáculo, después de todo lo que habíamos visto ya. Aun así admiramos la cantidad de diseños que sacó y todos dentro de su línea tan marcada. Las botas altas negras de charol nos hipnotizaron y los escotes en la espalda de algunas prendas también. Su desfile, podríamos decir, que fue como una bola de discoteca.