Pimp Flaco y Kinder Malo son los hermanos de moda en la escena trap nacional.
Vienen desde las ramblas de Barcelona, beben agua Bezoya, suenan bajo el label Poland Music, les viste Suprimo, están ‘pegaos’ en el cartel del Sónar 2017, y junto a su gato Dora Black, consiguen tener millones de visualizaciones en cada videoclip. Sku!
Estuvimos viéndoles en concierto, a su paso por Madrid y esto fue lo que pasó.
El público de Pimp Flaco y Kinder Malo que hacía cola en Trvmp para disfrutar del show, pertenece a una generación de jóvenes, que han conocido la escena trap a través de videos en YouTube y beefs en Instagram. La propuesta de Hacha, telonero del concierto, está claramente influenciada de la escena hip-hop más noventera nacida en las calles y con el graffiti como principal leitmotiv. Esta diferencia generacional entre la old-school y los millenials, y la barrera idiomática (todas sus letras son en catalán) no ayudaron a que conectara con el público madrileño, que además de la larga espera para acceder a la sala, tuvieron que esperar a un showcase de un concepto que no llegaban a comprender. Quienes querían ver cuanto antes a sus iconos de internet, respondieron con constantes silbidos y abucheos. Un mal trago para el artista. Y una reflexión a tener en cuenta: no siempre llevar a alguien de tu círculo cercano en conciertos, garantiza que a tu público le haga la misma gracia que a ti.
Los móviles en alto tras la esperada aparición en escena de Pimp Flaco y Kinder Malo. Estrenando su colección de ropa, con chándales blancos, conseguían brillar aún más entre los focos. Sumamos a la puesta en escena la banda Solo Astra, que en directo conseguían transmitir la esencia más pura de las jam sessions, y los visuales extraídos de sus videoclips como fondo del espectáculo audiovisual. Temas como ‘Sintigo’ con la instrumentación y el uso del autotune en directo, conseguían sonar de forma envolvente, transportandonos a una de las interpretaciones más ‘vaporwave’ de la noche. Con las 4 primeras líneas acappella de ‘La Ley de Eddie Murphy’, coreadas por toda la sala, comenzaba la parte más cruda de la noche.
En ‘Baumschuelnweg’, todos esperábamos la aparición de Cecilio G, de forma frustrada. Kinder Malo defendió en solitario temas que oscilaban entre subgéneros como el rap y la música trash con su último single ‘El Banquero de Dios’, como colofón. Un videoclip altamente recomendable y adictivo, la última cena de la golden-age del trap.
Por su parte, Pimp Flaco, sacó a relucir los temas más comerciales, con sonidos latinos y cercanos al reggaeton como ‘Me da igual’, y hits que tumbaron la sala como ‘Water Boy, ‘Puto’, ‘Serán las gafas’ o ‘Porfi’.
Sin duda el momento más esperado de la noche era el de ‘Chemtrails’ en directo. No había una sola persona en la sala que no quisiera inmortalizar en vídeo esta canción, que ha trascendido más allá del fenómeno viral. Colors Berlín, se encargó de hacer historia y preparar la pista de despegue a la avioneta que pudimos divisar surcando el cielo de Madrid.
Un show largo, intenso, lleno de contrastes musicales, con un amplio abanico de géneros urbanos, con sus diferencias individuales y su gran conexión como hermanos y artistas.
La sangre une. La música lo refleja. Carlos Sadness les apoya. Andrea Levy tampoco se lo quiso perder. Un <3 para las nuevas generaciones del PP, y un buen plato de pollo con arroz para terminar la noche.
I’m in the fucking krak haus, fuck you bitch!
