Hikikomori es la segunda colección diseñada por Isabel Cófreces en el año 2015. Es un proyecto fotografíado por Patricia Blas (www.patygelduck.com) donde los protagonistas son los new face Jung Yeol Kim e Isix Hyon. No podía faltar un maquillaje profesional y peluquería, a cargo de Suky Aquila.
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Hikikomori significa alejamiento y se utiliza para definir un síndrome agudo de aislamiento social.
En familias de todo el mundo podemos encontrar niños y jóvenes que no quieren ir a clase, que sufren trastornos comunicativos o agorafobia pero sin llegar a casos tan extremos.
Por esa razón, esta reclusión voluntaria es considerada una afección propia del Japón contemporáneo, tanto por los comportamientos de los que lo padecen como por los factores que pueden provocarlo.
Se calcula que puede haber un millón de casos de jóvenes entre catorce y treinta y cinco años.
Estos sujetos eligen el encierro voluntario, como si fueran ermitaños modernos, en casa de sus padres o incluso en su habitación y se niegan a salir por un periodo superior a seis meses.
Al principio se creía que éste fenómeno ocurría sólo a varones pero con el tiempo se ha descubierto que las mujeres también lo padecen; aunque el porcentaje en su caso es menor.
Se trata de un proceso paulatino que frecuentemente comienza con situaciones de acoso escolar. También puede ser ocasionado por la lucha por acceder a puestos de trabajo seguro, lo que hace que haya gran competitividad y que los jóvenes se sientan presionados y culpables cuando no logran los resultados esperados. Además, viven y crecen rodeados de las nuevas tecnologías de modo que muchos pasan más horas comunicándose con las máquinas que con las personas.
Los jóvenes sienten malestar de modo que empiezan a faltar a clase, van alejándose de sus amigos, teniendo cada vez menos relaciones sociales con el exterior, distanciándose de sus padres y, finalmente, aislándose por completo.
Hikikomori es una colección inspirada en las habitaciones en las que estos jóvenes se autorecluyen durante largas temporadas.
Las prendas, de líneas rectas y siluetas cómodas, forman una colección que evoluciona como un hikikomori, tomando sus bases en las causas del aislamiento, continuando por la vida rutinaria del sujeto y concluyendo en un completo desorden y ruptura de formas.
