El dúo Delaporte publica su segundo disco Las Montañas
Ocasionalmente, el miedo se nos presenta en forma de reconocer las aptitudes de un artista del que no se tiene la certeza de si se moverá en un circuito cerrado. Recaer en el punto de partida que una vez te dio el margen de maniobra necesario para desenvolverte y agradar puede ser un extraño placebo, sobre todo para aquellos conformistas que no explotan su universo de posibilidades. Este no es el caso de Delaporte con su segundo disco. En esta coming-of-age, hemos visto al dúo italoespañol fraguar su identidad con perspectiva. Porque no está todo hecho y nunca se está lo suficientemente consolidado. Así que, como ellos bien han sabido hacer, maticemos:
Las Montañas no es un disco de capas, pero las que presenta, son densas como el cemento. La sólida electrónica de Delaporte es el pilar que, al igual que en Como Anoche, sostiene el disco. Pero lejos de ser tosco y pesado para la escucha, es elegante y solemne. La voz de Sandra Delaporte es el barnizado bajo el que todo elemento cobra otro sentido y otro color.
El single homónimo, Las Montañas, construye todo un microcosmos gracias a esos inexpugnables muros de sonido y a una voz que orbita como un fino velo en volandas. Es esta delicadeza la que ha sabido captar Eduardo Casanova firmando el videoclip de la canción, representando una epifanía donde el mundo se libera de los grilletes de la opresión y el maltrato.
La odisea a un universo utópico viene marcada por diversos compañeros de viaje. En este caso, la forja de una personalidad desinteresada y sin complejos se logra gracias a la colaboración con diferentes artistas de planteamientos dispares.
En este mestizaje juegan un papel muy importante temas como De Dónde Vienes con PUTOCHINOMARICÓN que, si bien parten de enfoques muy diferentes en sus respectivas carreras, a nivel instrumental ondean la misma bandera techno-pop. Por otro lado, en No Dirás se revierte el espíritu trascendental de este nuevo disco para abrazar, junto a Ximena Sariñana, el estilo más prematuro de Delaporte.
Puestos a hablar de reminiscencias, Se Va sintoniza con añoranza con el pasado. Pudiendo ser definido categóricamente como uno de los mejores temas escritos por el dúo hasta la fecha, este psicodélico corte armoniza guitarras y electrónica hasta provocar el trance del oyente. De la misma dinámica progresiva peca El Refugio, que ofrece un acusado ascenso hasta el momento más mayestático de la canción. /Me aterra no ser yo/ supone una declaración vulnerable, pero a su vez determinante para cortar lazos con la moderación. En este recorrido a través de Las Montañas, Delaporte ha sabido poner el acento en sus principios para acabar encontrando sus fines.