El pasado Viernes 31 de Enero, nos desplazamos hasta el Pabellón Satélite de la Casa de Campo para disfrutar de la primera noche de el que es ya un clásico entre los festivales alternativos y conceptuales de la noche madrileña: Absolut Manifesto.
Esta edición defendía la globalidad digital, y la pertenencia a una única nación bajo el eslogan ‘We are from Internet’.
Chico Blanco fue el encargado de abrir la noche del viernes, en la que predominó la fusión de música urbana en clave de remember electrónico noventero, con los sonidos inspirados en el house y el dance. Letras de club, historias y romances entre copas y gominolas, a medio camino entre el instituto y la universidad de la noche. Donde realmente nos prendimos fuego fue en los DJ Sets de Ines, en el stage secundario (a priori) pero principal para los que disfrutamos del baile, la música electrónica de club y el ambiente más pura ‘boiler room’. Topanga Kiddo, perteneciente al colectivo madrileño Brrrrap, nos ofreció una vertiente más negroide y que consiguió hacernos bailar sin que se nos cayera ni una gota de Absolut-Moscow-Mule.
Los cabeza de cartel de la primera noche venían de la mano de Dog Food, el sello que hay detrás del irreverente artista Yves Tumor, junto al activismo LGBTIQ+ de Mykki Blanco. Estos dos artistas se mueven entre el mundo del arte, la música y la moda, y pertenecen al círculo cercano de personajes como Kanye West o Virgil Abloh. Yves Tumor nos envolvió en su atmósfera lo-fi, combinada con el contraste de los ruidos etéreos, la experimentación dentro del género soul y la psicodelia que tanto le caracteriza. Una transición perfecta para el cierre de la noche con la vertiente más experimental del hip-hop de Mykki Blanco, quién nos ofreció un show de lo más enérgico desde abajo del escenario y rodeado por el público más entregado.
No todo es música en Absolut Manifesto…
Entre conciertos y sesiones, pudimos disfrutar de la performance ‘The bodies are manufactured’, una interacción creada por Andrea Muniáin y Adina L. Velázquez sobre la percepción propia, la barrera entre los mundos físico y digital y las relaciones que se generan entre los denominados bodyscapes o paisajes corporales.
No hay edición del Absolut Manifesto que nos deje indiferentes. Mientras esperamos a la próxima, os dejamos con este vídeo resumen de lo que nos ofreció la primera noche del festival.